Corilia Ortega: "Como conservacionista, agricultora y concejal de la ciudad de Taos, quiero hacer la diferencia en mi comunidad"

Por: Corilia Ortega, concejal de Town Taos, Nuevo México 

Jugar en el río, recolectar piñones de los árboles, andar en bicicleta por los caminos de tierra, viajar en la parte trasera de la camioneta mientras disfrutaba un viaje al río, e incluso cosechar ciruelas silvestres o quelites fueron una parte importante de mi infancia. Esto solo fue el comienzo del amor que creció en mí por la naturaleza cuando era niña. 

Me críe cerca del Río Hondo, que fluye por el corazón de nuestra comunidad Arroyo Hondo al norte de Nuevo México. Vivir tan cerca del río junto a las mesetas me hizo valorar la importancia del agua. Como familia, recogíamos basura para mantener limpias nuestras vías fluviales y pasábamos muchos monzones recolectando agua de la lluvia para nuestros árboles frutales y jardines de flores. Los hombres de mi familia salían a cazar o limpiar los canales, y las mujeres cosechaban deliciosas frutas: albaricoques, ciruelas, cerezas y verduras frescas para preservar para el invierno. Los árboles que crecieron conmigo cuando era niña todavía están aquí, así que tengo un vínculo sólido con ellos. Toda mi vida, he estado conectada con la naturaleza y considero que estar al aire libre es un lugar donde pertenezco.  

Ahora, como concejal de la ciudad de Taos, analizo las políticas y acciones que podemos tomar en el gobierno no solo para proteger y preservar la hermosa vida silvestre que nos rodea, sino también para garantizar que las protecciones les permitan a las generaciones futuras tener las mismas experiencias que tuve yo, ya sea pescando, jugando en el río o construyendo tortas de lodo.   

Como joven conservacionista y agricultora de alimentos a pequeña escala, lo que más me preocupa es el uso y la calidad del agua cuando sabemos que tenemos una cantidad limitada. El agua es amenazada por la contaminación y el desarrollo no planificado. Necesitamos considerar nuestro acceso al agua y ser eficientes en nuestras prácticas de uso.   

En el transcurso de mi vida, siempre he estado trabajando, abogando, defendiendo políticas  de control del agua y animando a mi comunidad a evaluar el uso no solo para conservar, sino también para garantizar colectivamente que la calidad permanezca intacta y así evitar el círculo vicioso de la destrucción ambiental.    

Ser parte de HECHO como miembro del Consejo de Liderazgo Hispano para la Conservación (HCLC) me permite, junto con otros hispanos que tienen ideas similares y raíces en Nuevo México y otros estados, enfrentar cualquier amenaza que surja y afecte al agua, formas de vida y las tierras públicas de nuestras comunidades. Me inspira saber que no soy la única líder que quiere, como generaciones anteriores de trabajadoras y activistas, abrir el camino para que las mujeres jóvenes como yo se involucren y sepan que podemos hacer una diferencia para proteger nuestros recursos naturales.   

Todos tenemos una relación específica con el lugar donde nos criamos, con el lugar de donde son nuestras familias y con el hábitat que compartimos con la vida silvestre. Como miembros de la comunidad independientemente de donde nos encontremos, ya sea en Nuevo México, Arizona, Utah o Nevada, nuestra perspectiva, relación y formas de vida son esenciales en términos de las políticas que podemos crear.  

La relación con la tierra y el agua es única para cada persona. Así que, siendo funcionaria electa o no, siempre he estado comprometida con la noción de que necesitamos equilibrio, equidad y trabajo duro para asegurar que tengamos prácticas de gestión de tierra sostenibles y beneficiosas e informar bien a nuestra comunidad. 

Seguiré impulsando la equidad y la justicia en la administración y conservación de la tierra. Quiero ser y soy parte de la solución y sé que podemos hacer la diferencia como comunidad.