Doctora Karletta Chief: "Nuestra identidad y creencias espirituales y culturales están conectadas con el medio ambiente"

Por la Dra. Karletta Chief, directora del Centro de Resiliencia Indígena y Profesora y Especialista del Departamento de Ciencias Ambientales de la Universidad de Arizona.

Soy Diné (Pueblo Navajo), y me crié en la Nación Navajo en una comunidad llamada Black Mesa en el noreste de Arizona. Esta región ha sido hogar de pueblos Indígenas desde tiempos inmemoriales. Las operaciones de extracción de carbón en esta tierra sagrada comenzaron en la década de 1960 y crecí siendo testigo de gran parte de la degradación de los recursos naturales, como el agua, en mi comunidad.

Ver de primera mano el impacto de la minería del carbón en nuestra patria, nuestra agua y la salud de nuestra gente me motivó a ir a la universidad y seguir una carrera en Ciencias Ambientales.

Los pueblos Indígenas están profundamente conectados con su tierra. Su identidad y sus creencias espirituales y culturales están centradas en el medio ambiente. Muchos clanes tienen una base ambiental, cada uno asociado con un lugar como su tierra ancestral.

Los pueblos Indígenas practican medios de subsistencia basados ​​en la tierra, como la agricultura, el cultivo de diferentes tipos de alimentos, como maíz, calabaza y melones, y la crianza de diversos animales como ovejas, caballos y ganado. Para los Diné, el maíz es una planta sagrada. Se utiliza con fines alimenticios, pero también espirituales. El maíz juega un papel central en muchas de las creencias, las estaciones y las etapas de la vida de los Diné.

Nuestras comunidades Indígenas son administradores tradicionales de la tierra. Desafortunadamente, nuestro pueblo, la Nación Navajo, enfrenta desafíos en términos ambientales, incluyendo la falta de acceso al agua y el acceso equitativo a los alimentos y la electricidad. Esta inequidad impide que las personas tengan una vida sana y una oportunidad justa de conseguir su trabajo y educación. Alrededor del 30% de los navajos no tienen acceso a agua, y estas personas tienen que tomar agua, a veces desde lugares donde el agua no es apta para beber, lo que genera problemas de salud.

Hay una historia de extracción de uranio en la Nación Navajo y, como resultado, hay más de 500 minas abandonadas en nuestra tierra. Estas minas deben limpiarse, pero es un gran desafío porque hay muchas. Las minas que no se limpian representan un peligro para la salud y el bienestar del pueblo Navajo. La exposición a la radiación puede causar diferentes tipos de problemas de salud, incluido el cáncer.

La extracción de uranio en los alrededores del Gran Cañón es preocupante. Representa un riesgo considerable para los recursos hídricos a lo largo del río. La minería puede destruir la geología natural de esa zona. El Gran Cañón tiene una compleja red de aguas subterráneas y superficiales que se entremezclan. La extracción de uranio en esta maravilla natural amenaza el medio ambiente y a millones de personas, incluidas las tribus, que dependen de la cuenca del Gran Cañón.